Julián Rama aún se emociona al hablar de su libro, escrito en los peores días de la pandemia 'El abuelo Julián', un libro en el que cuenta su vida y que no existiría si no es porque a Soraya Fernández (nacida casi 60 años después que él) le dio un día por asomarse a la terraza de la residencia de mayores de Piornal, donde él vive y ella trabaja.
El escribía sus memorias en la terraza de la residencia donde ella trabajaba. Soraya, trabajadora social con afición a la escritura, le pidió que le leyera un poco, quedó asombrada por la vida de este hombre y decidió que el mundo tenía que conocer su historia.
Soraya hizo ese trabajo de edición y añadió unos versos al inicio de algunos capítulos. También una introducción, en la que la afirma que la obra es «mucho más que un libro, es una vida, un regalo, un sueño hecho realidad».
Son 120 páginas que se leen en un rato, porque cada capítulo es corto y de prosa sencilla. 'El abuelo Julián', que su autor dedica a su familia, «a los que están y a los que ya se fueron», tiene dos partes. La segunda son acertijos, refranes, rimas, recetas caseras, leyendas y otras recopilaciones de la cultura popular local. En la primera, él cuenta su vida en diez capítulos, que van desde los años en los que cada niño iba a clase cargando un trozo de leña para el maestro, hasta la época más reciente, pasando por su etapa en la mili. En tono campechano, el autor detalla anécdotas simpáticas que dan fe de los usos y costumbres del Piornal –y de la Extremadura, seguramente– de los años 30 a 90.
Julián es todo un ejemplo de que nunca hay que abandonar tus sueños, no importa la edad.
